La verdad es que es una tarea ardua y le deja a uno bastante agotado. Pero, por fortuna, a través de este medio (internet) existen muchas herramientas para hacerle llegar el manuscrito a editoriales grandes y pequeñas.
Me inscribí hace mucho en este portal: Escritores.org; es bastante conocido pero si no le habéis echado un vistazo os recomiendo la inscripción, es gratuita y os informan de concursos y certámenes, además de tener un directorio de recursos muy completo. Incluyendo listados de agentes literarios, diccionarios, contratos de edición y, lo más importante en mi caso: editoriales. Al menos hay cuatro de ellas que ya me han pedido el manuscrito en plataforma digital, eso no quiere decir nada, sólo que se han mostrado receptivos (que ya es algo). Lo que sí quería deciros (que ya lo aclaro en esta entrada) es que un editor la está leyendo en papel. Será la primera opinión (y única por ahora) profesional que tenga de la novela.
En fin, En Angulo Muerto sigue su camino. Está repleto de claroscuros, como su autor, pero mientras siga caminando sé que la obra (buena o no) está viva. Y creo que eso es lo más importante.